“Cada vez que se encuentre del lado de la mayoría, es tiempo
de hacer una pausa y reflexionar.”
Mark Twain
"La vida sin tecnología no es otra cosa que una vida normal
para los adultos que vivieron la mayor parte de su vida sin las últimas
revoluciones de comunicación y, aun así, encontraron la aventura, la felicidad,
la satisfacción. No es sorprendente, entonces, que estas personas no necesiten
ni utilicen herramientas como Facebook, Twitter, Whatsapp o hasta el correo
electrónico.
El caso más interesante es, a mi entender, el de las
personas más jóvenes que sí han nacido junto con la tecnología y, sin embargo,
eligen una vida sin tecnología. Ser joven y elegir vivir sin tecnología
presenta, a primera vista, más problemas que comodidades.
Para comenzar, la persona queda excluida de ciertos flujos
de comunicación de sus círculos: todos sus amigos posiblemente mantengan una
comunicación intensa durante todo el día via Whatsapp o Facebook; en las
reuniones del mundo físico una buena parte de los temas de conversación estará
relacionado a esas conversaciones realizadas virtualmente los días pasados, a
las fotos publicadas en Facebook o a los videos subidos a Youtube, etc.
La pregunta inevitable es: ¿por qué estas personas eligen
este modo de comunicación que, en términos prácticos, puede resultar
anti-social?
Conozco varias personas que han elegido de manera totalmente
consciente este modo de comunicarse sin tecnología de por medio. Nunca han
tenido Facebook y si lo tenían lo han cerrado. En algunos casos van más allá y
no utilizan computadoras o cámaras digitales. O directamente, no tienen
teléfonos.
Este comportamiento anormal (en relación a la mayoría) no es
casual ya que, en general, proviene de personas que no son normales (en
relación a la mayoría) y, por diferentes razones, ejercen una silenciosa
resistencia a diferentes situaciones: la deshumanización de la comunicación, la
sociedad del consumo, la adicción a la tecnología, una idea equivocada de
progreso, ser parte de la mayoría, etc.
En resumen, se trata de rebeldes. Rebeldes, en mi opinión,
necesarios. Para recordarnos que quizás estamos equivocados. Para recordarnos
que siempre es bueno auto-examinarnos y preguntarnos: ¿qué estoy haciendo? ¿es
éste el camino?
En muchas ocasiones he conversado sobre el tema con ellos.
Mi punto suele ser que la tecnología es siempre herramientas y nunca fin. Y las
herramientas, bien utilizadas, siempre suelen ser provechosas. Que lo
importante no es resistir la tecnología, sino ponerla al servicio de las causas
correctas.
Siempre me miran y reflexionan (se trata sin excepción de
personas reflexivas), pero raramente me hacen caso. Tal vez estén en lo cierto
y la resistencia deba ser clara para que todos podamos percibirla y, luego,
reflexionar."
Fuente: Blog de Glidea
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